Por un lado los equipos contratan
como si pudiesen pagar a los nuevos, los antiguos no cobran pero se quedan, por
temor a perder el derecho a cobrar sus deudas, la política del perro muerto.
Pero esto es culpa también de los jugadores, que avalando las conductas
antideportivas de sus presidentes, aceptaron firmar planillas, a pesar de no
cobrar. Ahora siguen atados de manos, se quiren ir, pero algunos no tienen
dónde, y quienes se van resignan varios miles con la esperanza de ganarlos en
otras instancias.
No hay sentido de planificación, se cree que campeonar un
semestre a cómo de lugar es la mejor forma de sobrellevar las cosas y bien vale
endeudarse, invertir mal, decenas de
extranjeros que vienen a calentar una silla, incluso bien vale dejar mal a la
institución, hoy por hoy ni Universitario ni Alianza son fiables, quienes
pudiesen invertir saben que el beneficio no está en recuperar, sino en cobrar
luego por grandes deudas, litigios.
Que del fútbol se encarguen los futbolistas, es cierto que a
diferencia de otros países, estos no tienen el perfil para hacerse dirigentes,
pero bueno habrá que prepararlos, para que nuestro campeonato no este en manos
de quienes solo quieren obtener beneficios personales. Gente de fútbol metida
en el fútbol es lo que necesitamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario