Cambio de trono

España nos brindó el mejor fútbol que un equipo haya desplegado en décadas, ayer ante Chile cerró un ciclo de éxito. Las razones del final del ciclo son muchas, pero más que detenerse en los males que han venido aquejando al equipo hay que recordar los buenos momentos de juego que nos ha brindado.

Personalmente nunca fui un entusiasta de los españoles, sin embargo rescato su fútbol efectivo totalmente, vistoso claro que sí, ingenioso y hasta virtuoso, pero prefiero los equipos con mayor velocidad en la transición, más directos; como sea, igual lo disfruté. En el 2008 ese fútbol se coronó sin atenuantes en Europa, para luego extender sus dominios desde Sudáfrica hacia el mundo entero.

Un arquero genial, que ha sido, es y será el referente del llamado “arquero de equipo grande”, ese que responde en las contadas ocasiones en que lo exigen. Una defensa aguerrida, pero que sabe salir jugando, que casi y defiende a la mitad de la cancha, laterales que van y vienen y terminan como punteros en el área rival.

El centro del campo requiere un acápite aparte, todos constructores de juego, incluso el menos virtuoso, el 5 clásico, el que corta los ataques del rival, ese jugador también se atreve a distribuir, a mirar a los costados y lo hace con sobriedad. Dos cerebros en mitad de cancha, dos genios, que distribuyen y hacen jugar y juegan realmente bien, Xavi H. e Iniesta, este último es de otro planeta, de un corte distinto, desequilibra con elegancia, remata al arco y te da un pase milimétrico. Al frente tres delanteros que no son delanteros, son jugadores de todo el frente, que ensanchan la cancha y la vuelven a cerrar según lo pida la jugada y según lo exija el rival.

En fin, fue un deleite ver a este equipo ganar dando la impresión, sin despeinarse, con una posesión de balón fuera de este mundo, es momento de aplaudir y dar las gracias. La poesía se acabó, pero no para ser desechada, sino para ser leída una y otra vez, para inspirar a nuevos soñadores.

Este mundial significará la proclamación de un nuevo monarca, además de un estilo diferente de juego, inspirado sin duda en el juego ibérico, ofensivo y de manejo del balón, pero el nuevo rey tendrá su propia impronta particular.