Recién está por terminarse la primera jornada de este
mundial y una de las conclusiones que se pueden sacar al respecto, es que todos
los equipos, incluso los más limitados, apuestan a intentar controlar el balón,
hilar jugadas, olvidarse un poco del balón dividido o el pelotazo frontal, buscando más y mejor el arco rival.
Lo vimos con Bosnia, un rival inferior al argentino, pero
que en todo momento plasmó su intensión de jugar al ras del piso, de buscar
alguna sociedad y llegar al arco rival. Esta es la herencia española, en
realidad la herencia barcelonista, la del Pep, la de hace 4 años o 6, pero
esta herencia ha sido recogida por algunos y modificada o mejor dicho evaluada
y replanteada.
Italia, pretende ser el equipo que secunde a España en posesión,
la diferencia, tiene un referente de área, igual que la selección española de
hoy, y es que en el fútbol tarde o temprano te toman la mano, quizá no del
todo, pero por si acaso hay que tener variantes, a España no le funcionaron las
individualidades, ese es otro tema. Holanda va por otro rumbo, su idea es
ofensiva, directa, con elaboración, con ideas, pero con velocidad, sin tantos
intermediarios, en esa misma ruta está Alemania, con algunas revoluciones menos, pero buscando siempre al frente sin lateralizar tanto, eso sí brindado un espectáculo de primer nivel.
Lo cierto es que se impone el fútbol ofensivo, se impone el
buen juego, la presión, vemos entonces una nueva tendencia más directa hacia el
arco rival, una tendencia que no debe despreciarse, ya que brinda también un
gran espectáculo.
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