Ayer Perú se enfrentó a Guatemala, mejorar la imagen dejada con respecto a la derrota ante Chile. Logró el triunfo por la mínima diferencia, sin embargo, la sensación que dejó el partido es que no existe,
ni una idea de juego, ni compromiso es decir, no contamos con el material humano necesario
para mejorar. Ante esta realidad y los cuestionamientos de siempre, la FPF debe
tener un as bajo la manga para limpiarse nuevamente la cara, pues todo hace
parecer que ese conejo en el sombrero será Jorge Luis Pinto.
Pinto traería consigo un
draconiano método de entrenamiento, un método que en el Perú, debido a las
reiteradas indisciplinas de los jugadores parece necesario aplicar. Con esto
defiendo la contratación de Pinto, me parece un técnico capaz, lo ha demostrado
en su trabajo, lo lamentable es que sea contratado no para mejorar el fútbol
peruano, sino para servir de escudo a la reelección de Burga.
El primer efecto de su posible
contratación sería la de ilusionar por enésima vez al aficionado peruano, con
un “nuevo ciclo”, una nueva etapa, un comenzar de cero (por enésima vez), a la
par que el Presidente de la Federación se reelige sin que nadie haga mucho
alboroto, gracias al apoyo de las departamentales. La otra consecuencia es la
que Markarian experimentó mientras fue DT de la selección, es decir convertirse
en el chaleco antibalas de Burga, cualquier mal resultado o fracaso sería
atribuido directamente al colombiano y no a la pésima gestión de la FPF.
No se puede asegurar que quien
venga a dirigir a la selección fracase en el intento, con la Copa América por
delante y las eliminatorias para Rusia, hay mucho trabajo por hacer y quién
sabe se logre algún buen resultado en el camino, esto es fútbol y todo puede
pasar; pero esto no sería resultado de un trabajo serio o una planificación,
sino de la mera casualidad e iluminación del momento, como ya ocurrió en la
copa realizada en Argentina. La idea no pasa por cambiar de técnico, dónde está
la necesaria reestructuración de la Copa Perú, el saneamiento económico y legal
de los clubes profesionales, potenciar el trabajo en menores, profesionalizar
de verdad el campeonato local.
No hay material humano, ni mucho
menos compromiso, pero debería haber sensatez, por parte de quienes dirigen o
quieren dirigir la federación y también de parte de la afición, la que no debe
ilusionarse con nada, ni siquiera haberle ganado a Chile debería haber sido un
incentivo. Si la FPF es casi intocable entonces los peruanos deberían tocarle
el bolsillo (que eso sí, no pueden controlar), no asistiendo a los estadios a
ver una paupérrimo espectáculo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario