Cero puntos
de seis posibles, son suficiente presión para esta nueva fecha doble de
eliminatorias. Obtener, en estos dos nuevos partidos, seis puntos sería
idílico, conseguir cuatro lo ideal, menos de tres un problema grande.
El primer
partido con Colombia, a pesar del resultado, fue un buen comienzo, por momentos
se mostró algo de juego asociado, presión en la marca y efectividad de cara al
gol, pero desafortunadamente una desconcentración trajo todo al suelo. El segundo
partido, más allá del marcador, que quizá sugiere paridad, fue un recital del
visitante, Perú poco pudo hacer ante la presión al jugador, obligado a
replegarse en su área y sin muchas posibilidades de ataque, los goles llegaron
por errores puntuales en la defensa Chilena, se vio doblegado por el campeón de
América.
De cara a
mejorar el rendimiento hay mucho por hacer, los problemas son los de siempre,
jugadores sobrevalorados, universo reducido de futbolistas, déficit en la
marca, poca generación de juego (Lobatón y nada más; aunque es muy lento para
el fútbol moderno), encima problemas disciplinarios y actitudes dentro y fuera
de la cancha que jamás se entenderán.
Sin embargo
aún es temprano para calificar de fracaso este proceso, ante Colombia algo se
pudo ver. Paraguay es un rival que se encuentra al mismo nivel que nosotros y
al que "deberíamos" ganarle, sufriendo u holgadamente, no importa, pero “deberíamos”
ganar ese partido. Brasil ya es otro
asunto, aunque la canarinha pase por
una crisis deportiva, juega de local, tiene grandes jugadores (no como antes) y
por último es la cinco veces campeona del mundo, allí solo queda sufrir y quien
sabe soñar con el empate.
Tres puntos
son el objetivo, menos que eso solo generaría mayores problemas a la selección,
ya que siempre es más fácil corregir los errores cuando los resultados, aunque
escuetos, te acompañan.
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