Entre el octavo (Perú) y el
cuarto (Ecuador) solo hay tres puntos de diferencia, de pronto todo el mal equipo que éramos, el
mal juego que desarrollábamos y la incompetencia del técnico, desaparecieron.
Hoy de pronto tenemos un pie en Rusia.
El triunfo ante Paraguay, no solo
fue merecido, fue justo, pero antes que
todo eso, era obligado, porque para mantener viva la esperanza de todos los
optimistas se necesitaba sumar tres puntos, para luego empezar como muchas
otras veces, a sacar la calculadora y
probar con miles de posibilidades y todas ellas con un solo resultado: “Sí se
puede”. Claro que se puede, solo hace falta ganar todos nuestros partidos de
local, es decir a Brasil (1º en clasificación), a Uruguay (2º), Bolivia(último puesto)
y Colombia(3º). Claro que se puede además, obtener algunos puntos ante Venezuela
(9º), Ecuador (4º) y Argentina (6º) en condición de visitante.
Y todo esto es posible, gracias
en primer lugar, al buen juego desplegado ante Paraguay, equipo, seamos
sinceros, que acaba de cambiar de técnico y no cuenta con jugadores de nivel, al
menos no como ecuatorianos o colombianos (que son nuestros “rivales
directos” por el tercer y cuarto puesto.); Pero incluso esta posibilidad se
abre no solo ante lo anteriormente descrito, sino ante otra cuestión aún de
mayor vitalidad y que por aquí en Perú parece que recién hemos descubierto, las
ganas; porque claro con ganas todo se puede, el talento y el trabajo no
importan, total el Atlético de Madrid gana porque sus jugadores ponen mucho
coraje y muchas ganas, porque como siempre repiten los comentaristas deportivos
y nuestras leyendas de hace 40 años, “hay que tener actitud”, ya que con eso se
gana, con actitud.
Se puede clasificar o al menos
disputar un repechaje, se puede, siempre y cuando se demuestre, futbolísticamente
y no frente a un periodista o porque lo dicen las portadas de los diarios. Se puede o se podrá
cuando la actitud no sea un plus, sino, el pan de cada día, entiéndase por
actitud, disputar cada balón, estar siempre atentos y sobre todo, no tener
miedo a darle un pase al compañero. Con calma y trabajo se podrá llegar a Rusia
o quizá a Qatar.