Un premio al esfuerzo, al juego
en equipo y a la seriedad de una institución, eso vi yo ayer en el triunfo de
visita de LDU ante Vélez de Argentina. En ningún momento vi un equipo tirado
atrás y decidido a defender, al contrario se vio a un cuadro maduro y con
experiencia, con finales en la espalda y con capacidad para llevarse un merecido
triunfo.
Como mencioné en un post
anterior, LDU no es un equipo que solo saca ventaja de la altura, ayer lo
demostró, lo demostró a punta de buen juego, sí es cierto que salió cauteloso,
y era lógico, primero porque estaba de visita, segundo porque al frente tenía
un equipo decidido a darle vuelta al primer resultado, y tercero porque tenía
una ventaja de dos goles que le daba tranquilidad. Ante eso el equipo
ecuatoriano supo aguantar los primeros 20 minutos, pero soportó y lo hizo bien.
El gol llegó de una jugada casi
aislada, ninguno era más que el otro en ese momento, pero su goleador Hernán
Barcos, voceado para integrar la plantilla del equipo de Gareca el próximo año,
se encargó de matar los sueños de los hinchas del club argentino, el estadio se
convirtió en cementerio y LDU empezó entonces a jugar con los nervios del
rival, a favor tenía los goles y el reloj.
Así terminó el partido y el
equipo ecuatoriano, otra vez, y con envidia sana lo digo, otra vez está en una
final, algo están haciendo bien por allá que aquí, tendríamos que copiar. Hoy
se define la otra llave, que la disputan U. de Chile y Vasco, que vienen de
empatar a uno en tierras brasileñas, hoy los chilenos tendrán la ventaja de la
localía y de una cancha más pequeña, la que conocen a la perfección. Sea quien
sea el rival de LDU, el favorito, a mi parecer es el equipo de Quito.
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