09 junio 2014

La vitrina para el mejor de la historia

Una copa del mundo es el evento que lanza a otra dimensión a ciertos jugadores, los pone en un lugar especial en la historia del deporte. La presión sobre Messi es entonces abrumadora, quienes lo defienden dicen que no necesita ser campeón del mundo para ser el mejor, puede ser verdad, por eso, leyendas del fútbol solo hay dos, Pelé y Maradona, ambos, campeones del mundo.


Qué hace a un jugador de fútbol ser el mejor, su juego, sus goles, sus títulos, su personalidad, su capacidad. Es esa interrogante la que provoca que para muchos Messi aún no sea capaz de destronar a Maradona.  Esa carga, esa presión también se usa de argumento para explicar que el astro argentino aún no haya demostrado lo mejor de sí en la selección.

Desde mi humilde punto de vista, es cierto que Messi no ha demostrado todo su potencial, no debe ser fácil dejar de jugar con Iniesta y Xavi en la medular o que Dani Alves no sea tu desfogue continuo. Pero entonces es cuando me pregunto, dónde está el temple, el orgullo, el desenfado, eso no lo veo en el 10.  No veo rebeldía, no veo don de mando, y mucho menos liderazgo, es otro tipo de líder dicen sus defensores, pero justamente cuando el barco está sin rumbo, cuando en el partido hay lagunas es que se necesita su magia, pero él se ahoga con el resto en esas lagunas.

No me cabe duda que Lio es quizá el ser humano que mejor ha conducido y conduce el balón en la historia de este deporte, pero tampoco me cabe ninguna duda de que Diego, que guío a un equipo regular a ser campeón y que estuvo acto seguido en una semifinal, es mejor. Maradona jugó con un tobillo partido y lloró al perder la final ante Alemania, se ofendió e insultó a los hinchas que pifiaron el himno argentino, Maradona tiene sangre en la cara. Ni que decir de Pelé, debutó tan joven como Messi, 17 años apenas, monstruos a su lado, ahí estaba él dando la talla, no escondiéndose jamás. Ni hablar cuando asumió la posta dejada por Garrincha, tomó el mando y volvió a la cima.

Otros defensores hablan de Cruyff, pero él tiene una final a cuestas y el valor de renovar el deporte y el estilo de juego. Entonces lo que se le debe pedir a Messi, no es ser campeón exclusivamente, sino dejar huella en este torneo.


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